El segundo capítulo del Cuaderno no tiene desperdicio pues es narrado el momento que va a dar lugar a una gran batalla.
Tras la llamada de un mercader conocido de
Thalos un Tiflin como
Akta
(la bruja tiflin),acabamos en Punjar haciendo amigos de nuevo.
Tan solo estabamos tomando unas cervezas en la taberna de la plaza, cuando unos matones empezaron a rodearnos.
Tiradas de percepción y todos, nos percatamos del asunto pues se encontraban en cada una de las salidas de la plaza acercandose poco a poco.
- ¿He dicho todos?
- Bueno
Vicius Silverblade, (en adelante
Vicius y su escudo) sacó una de sus inesperadas pifias y no se percató de nada.
Rápidamente tomámos posiciones,
Akta trepó hábilmente por una fachada encaramandose en el tejado y Thalos se coló en la taberna dejando alucinados a los sirvientes y lanzando potentes conjuros.
Vicius y yo Eryen, con la mesa volcada ocupabamos el terrono bajo.
Finalmente
Thalos se nos acercó como refuerzo mientras
Akta contenía a los dos cobardes que se cubrían tras los pilares del callejon.
Líquidamos hasta el último de los matones, no sin antes sacarle a uno que venían de parte de el Rey de los Mendigos.
Resulta que mis colegas y el Rey ya se conocían y este quería cobrarse una venganza...
Ya que me veo salpicada de lleno por lo que estos hayan hecho anteriormente,
RECORDAR: cuando tenga un rato conversaré con alguno del grupo a ver si averigüo con quién mas tienen algo pendiente.
Acabamos en un casino gastándonos la pasta mientras esperabamos para hablar con un enlace de los del Gremio de mangantes. El resto del grupo que venía desde Fallcrest en un barco se incoporó después.
La cosa acabó complicándose un poco, por que por lo visto habían robado en las arcas del castillo y no quedaba ni una triste moneda de cobre.
En resumen, que acabó liandose y gorda, pues el tipo del casino que era de los del Gremio de ladrones nos dió las referencias a su antojo. Nos dijo dónde encontrar al supuesto hombre de confianza del Rey de los mendigos y así llegariamos a una tercera banda llamada Los mantícoras negras. Pero tan solo nos ofrecia mil oros por la cabeza del Rey este.
Yo no me fié ni un pelo de este uraño tipejo y usé el poder de transformación de mi armadura, que me otorga tomar la forma de una rata una vez al día, para seguirle.
Mi D20 Ahumado no alcanzó la tirada de Arcanos y tan solo me quedé mirando como se sentaba y se quedaba ahí quieto. Que rabia!.
Nos colamos en "territorio mendigos", yo iba como una pestosilla rata por los tejados y mis compañeros disfrazados y disimulando realmente bien una buena borrachera caminaban por las sucias calles. Llegamos a una puerta, avancé por el tejado y ví a dos ballesteros haciendo una ronda en el tejado de la casa central. Uno de ellosme disparó por pura diversión, aunque despúes de que mis colegas apuñalaran al guardia de la puerta que nos cerraba el paso, se lo hice pasar mal al de la ballestita.
Akta lo volvió medio loco y lo hizo volverse contra el compañero, en fin unas risas si que nos echamos.
Hasta que nos apareció un juguetito del tipejo de la cicatriz.
El resto del grupo que falta, intentaba entrar a la casa por las alcantarillas.
Fue divertido despistar al Golem este de piedras, pues era tan gordo que no cabía por los callejones y rapidamente le dejaron atrás, mientras yo husmeaba por las plantas de la casa que iba pasando...(este es uno de mis pecados, la codicia).
Cuando llegamos a la trampilla para bajar a la alcantarilla comunicada con la casa el resto del grupo ya había interrogado al sujeto de la Cicatriz.
Ahora sí se ha complicado la cosa, pues el Rey de los mendigos no tiene nada que ver con Los mantícoras, ha sido una treta del Gremio de ladrones para que acabemos con su enemigo.
Para postre los mandatarios de la ciudad así como el capitán de la Guardia, están hipercorruptos. Así que el grupo debate y debate sobre que acción tomar.
Yo personalmente me encargaría de la minoría, después me infiltraría en el gremio de ladrones y atacaría desde dentro, en fin habrá que seguir a la mayoría de momento.